Mientras mis niños recogen huevitos escondidos en el jardín de otras personas, yo corriendo de aquí para allá y de allá para acá. Tratando de olvidar el hecho de que la Pascua no es más que otro evento comercial para este país donde nos tocó estar y que mis niños están creciendo con una ilusión sobre un conejo que por alguna razón que desconozco (probablemente el profundo hoyo de mi ignorancia) lo que hace es poner huevos de gallina... En alguna parte se debe haber hechado a perder ese cuento.
Sin embargo, aun cuando yo no estuve con ellos, y mi esposo estaba más cansado de lo que jamás admitirá; todavía hay gente que nos quiere y nos ayudó a mantener en mis querubines la ilusión sobre un conejo pone-huevos... Otra razón para ser humilde. Sus nombres? Paul y Mónica Beck. A ellos, gracias por todas sus atenciones y mil y un detalles para con mis hijos.
25 March 2008
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment